No sé si será su cara...
No sé si serán sus manos...
No sé si será su cruz, si el morado de su túnica, si el dorado del paso, si el sonido del martillo, si la voz, si la esencia de su barrio, si el calor del corazón de su gente...
No sé si será su cruz, si el morado de su túnica, si el dorado del paso, si el sonido del martillo, si la voz, si la esencia de su barrio, si el calor del corazón de su gente...
Lo cierto es que en menos de un año, ésta gente, la de abajo y la de fuera, la de la cámara en ristre, la del perol de "pringá", la del medio de Doblas o Cancionero, han hecho que cada día me gusten más las cosas «a la parrilla». El que la lleva la entiende...
«Laus "dedo"»