De nuevo ha llegado el día. Por Ella conocí a la que hoy puedo decir que es también mi Hermandad allá, más abajo del Genil. Allí he forjado grandes amistades con gente del oficio y como siempre digo, hay algo más que el río que me une con Écija.
De nuevo el día de pasear a la que un día terminó de abrirme los ojos y la que tendió su mano para llevarme hacia otras manos que hoy son amigas, consejeras, de las que sigo aprendiendo y con las que comparto emociones y vivencias.
Para poder explicarlo sin acabar de hacerlo, emplearé una expresión típica que a buen entendedor pocas palabras bastan: "Ella tiene un no sé qué, que no sé yo".
Mi pequeño homenaje a los momentos vividos aquel lejano ya 2oo8 el día de su onomástica y que mañana, ya hoy, volveremos a repetir, quizá con la misma gente y otra distinta. Quizá con los mismos marcos y con otros distintos, pero al fin y al cabo, sólo sigue quedando Ella año tras año.
Por mis amigos de abajo, por mis hermanos de la Hermandad de La Mortaja...
"Virgen del Carmen, mi gentil Señora,
llévame de la mano, como a un niño,
hasta el sagrado umbral de tu Santuario".