"Los caminos del Señor son inescrutables". Tanto es así que si Él quiere comenzaré esta Semana Santa paseando su Amor en el momento del prendimiento en Écija el Sábado de Pasión, el portento de su cuerpo Afligido el Martes Santo en la tierra que me vio nacer, le ayudaré con el peso de su cruz camino del Calvario en Córdoba el Miércoles Santo y cerraré mi semana aquí, en la ciudad califal, bajo los palos de su Santo Sepulcro.
El destino caprichoso ha querido que sin ir en busca de él, la semana de Dios que vivo intensamente bajo los palos y al martillo la viva en orden cronológico a su pasión y muerte.